Eva murió el 26 de Julio de 1952. Desde el 27 de Julio hasta el 9 de Agosto se llevó a cabo el velatorio en El Ministerio de Trabajo y Previsión. Comenzaba así el velorio más imponente de la historia argentina y uno de los más notables de la historia universal.
Las colas para acceder
a la capilla ardiente se contaban por kilómetros. Se instalaron puestos
sanitarios, más de un millar de camillas, el ejército argentino entregaba
bebida y comida caliente a la multitud debido a que durante esos días el frio
era intenso y había frecuentes lloviznas.
En aquellos días unas 20 personas murieron por
aplastamientos, avalanchas e infartos. No había consuelo, las personas lloraban
a Evita como si se tratara de la muerte de una madre.
Se vieron dos polos muy opuestos y la sociedad se dividió en
dos. Por un lado comenzaron a escasear las flores hasta acabarse en todo el
país y tuvieron que traer más desde Uruguay y Chile, dado que la gente las
llevaba al Ministerio de Trabajo y Previsión como regalo a la difunta. Por otro
lado, en algunos barrios selectos escaseaba el champagne, que era demandado por
los enemigos del peronismo que estaban tan ensañados con Eva que no paraban de
brindar.
El día 29 de Julio a las 20:25 horas en la Plaza de Mayo, al
pie de un retrato gigante de Evita el Clarín del regimiento de granaderos a
caballo tocó a silencio mientras todos apagaban las antorchas que habían
llevado en mano.
Perón dispuso que el velatorio continúe en el Ministerio de
Trabajo y Previsión durante uno o dos meses de ser necesario, hasta que el
ultimo ciudadano pueda ver los restos de la compañera Evita. Sin embargo, ante
la insistencia del Dr. Pedro Ara de que el embalsamamiento que había realizado
no era el definitivo se dio por finalizado el velatorio el 9 de agosto, que ya
se había prolongado 11 días más de lo que se había previsto inicialmente.
Entonces, el ataúd fue trasladado al Congreso Nacional donde se le rendirían
los últimos honores a Evita.
La multitud que la vio durante el traslado al Congreso fue
estimada en más de 2 millones de personas. Al día siguiente el cardenal Copello
dio el responso final antes de que el ataúd fuera llevado por la cureña hacia
la CGT. Fue así que el 10 de Agosto de 1952 el cuerpo de Evita quedó en
custodia de la Confederación General del Trabajo.
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